Este es el tipo más común de cáncer de tiroides en los niños. Comienza en las células encargadas de producir hormonas tiroideas que contienen yodo. Este tipo de cáncer crece muy lentamente, pero puede extenderse a los ganglios linfáticos del cuello y, en raras ocasiones, a otras partes del cuerpo. El cáncer papilar es más común en las niñas adolescentes que en los niños.
Este tipo de cáncer también comienza en las células que producen hormonas tiroideas. Es menos común que el cáncer papilar, pero es más probable que se extienda a otras partes del cuerpo.
Este cáncer poco común comienza en las células que producen calcitonina, una hormona que ayuda a controlar el nivel de calcio en la sangre. Este tipo de cáncer suele ser hereditario (se presenta en familias).
Entre los factores de riesgo se encuentran los siguientes:
Enfermedad tiroidea autoinmune (como la tiroiditis de Hashimoto).
Antecedentes familiares de cáncer de tiroides.
Enfermedades genéticas asociadas con cánceres.
Los médicos pueden sospechar que existe un cáncer de tiroides cuando palpan un bulto en el cuello del niño. Los médicos, incluidos los endocrinólogos (médicos especialistas en hormonas), los radiólogos y los cirujanos, trabajan juntos para hacer el diagnóstico. A continuación, crean un plan de atención específico para su hijo.
La biopsia por aspiración mediante una aguja fina es la mejor forma de diagnosticar el cáncer de tiroides. Para hacer esta biopsia, el médico detecta el nódulo tiroideo con la ayuda de una ecografía. Después de adormecer la piel con un medicamento, el médico inserta una aguja fina que pasa a través de la piel hasta llegar al nódulo para extraer una muestra. La muestra se envía a un laboratorio para determinar si es cáncer.
Para tratar el cáncer de tiroides, un cirujano especializado en oído, nariz y garganta (otorrinolaringólogo) extirpará parte o toda la glándula tiroides.
Después de la cirugía de tiroides, es posible que los niños necesiten tomar hormona tiroidea en píldoras. Estas píldoras reemplazan las hormonas que el cuerpo no puede producir sin la glándula tiroides.
Los médicos pueden recomendar una gammagrafía con yodo radiactivo y una terapia para destruir las células tiroideas que hayan quedado después de la cirugía.
La mayoría de los nódulos tiroideos no son cancerosos. Si su hijo tiene un nódulo, el médico le realizará exámenes de tiroides y ecografías con frecuencia para controlar su tamaño. Si el nódulo cambia de tamaño, el médico puede recomendar una biopsia por aspiración mediante una aguja fina. Así podrá obtener más información.
Los cánceres de tiroides son poco frecuentes en los niños. Pero si su hijo tiene un nódulo tiroideo, es recomendable consultar con un equipo de médicos con experiencia en el cuidado de niños con cáncer de tiroides.
El cáncer de tiroides es una enfermedad poco frecuente en niños y adolescentes se estima que 10% del total de casos ocurren durante este rango de edad entre la primera y segunda década de la vida, El cáncer de tiroides infantil o en la adolescencia
, Presenta una frecuencia de menos de dos en 100.000 niños y adolescentes donde se evidencia predominio para el sexo femenino. El tipo más común es el cáncer papilar, la variante folicular es menos frecuente, mientras que la medular y la anaplásico son muy raros en estos rangos de edad, El origen del carcinoma de tiroides es incierta, sin embargo, factores de riesgo específicos aumentan la incidencia en estos rangos de edad, donde se incluyen: la exposición a radiación, deficiencia de yodo, hormonas sexuales, tiroiditis de Hashimoto, situaciones asociadas con incremento a largo plazo de niveles séricos de hormona estimulante de tiroides (TSH) y factores genéticos. El cáncer de tiroides en niños presenta por lo general un pronóstico favorable. La combinación de terapia con yodo radioactivo I-131 y cirugía es curable con una tasa total de supervivencia alta. Aunque los resultados de tratamiento son buenos, en conjunto, siguen existiendo controversias referentes a estrategia del mismo.